El Terrorismo de las Palabras

 


El hombre usa las palabras como una forma de 
comunicación de las ideas, de expresar nuestros sentimientos. La palabra se convierte en un modo de comunicación incluso cuando no son personas que tienen el mismo idioma, estos entenderán y trataran de comunicarse en sus idiomas. Así es como debería de ser para las personas usar las palabras. Una forma de diálogo a través de las palabras, de debatir ideas.

Pero hoy en la política la palabra se convierte en un arma arrojadiza, en una forma de atacar al contrario, el debate y el diálogo es lo de menos, y mucho menos es importante si se tiene razón o no. Víctor Klemperer fue expulsado de la Universidad de Dresde por analizar como el Régimen nazi uso la lengua alemana con fines propagandísticos.

De esta forma observo el uso de palabras y adjetivos usados en esa época y los fue apuntando y anotando. Palabras como "combativo" o "fanático" que tienen un carácter negativos, pero que fueron cambiados para tener una connotación positiva. De esta forma observo como frases pasaban de un contexto negativo a uno positivo.


“La resistencia a la opresión comienza por cuestionar el constante uso de palabras de moda.” Victor Klemperer


Todas sus anotaciones que fue recopilando y escondiendo saldrían a la luz en 1947. Un año después George Orwell publicaría "1984" donde desarrollo la idea de neolengua . La neolengua no tiene otro objetivo más que poner el uso del lenguaje para dominar el pensamiento de un partido. Y solo hay dos formas de conseguir que alguien acepte lo que en realidad le perjudica. Uno es el uso de la fuerza y el otro es el de la persuasión

Se puede persuadir a alguien sutilmente a través del miedo o el engaño, pero para eso se debe usar un lenguaje adecuado que no refleje las consecuencias de lo que se va a hacer. Por ejemplo, debemos manifestarnos porque es nuestro derecho como ciudadanos expresar nuestro enojo. Si manifestarse por alguien que se sabe que ha cometido un delito, la persona dirá pues si tenemos derecho a expresarnos.

Y esta no es más que una forma de perversión del lenguaje a servicio de la política. Esa perversión del lenguaje puede ser usada tanto par evitar levantamientos y protestas como para iniciarlas. De esta forma el político corrompe el uso de las palabras con un fin político. Y la neolengua orweliana no es para crear un medio de expresión, de debate o de diálogo, es un transmisor ideológico.





La neolengua transforma el pensamiento y modula la forma en que percibimos
la realidad en una idea alternativa. Transforma el lenguaje en un arma política. Y el político usa esa forma para manipular a los demás. Y por lo tanto un simple debate o diálogo se transforma en el campo de batalla para así convertir ese debate en un instrumento con fines políticos.

Por eso hoy vemos en las filas de Podemos precisamente el uso de esa neolengua. Transformando "antifascista" en una forma de decir que soy "demócrata" cuando en la realidad es a la inversa, el lobo disfrazado de oveja. Por eso vemos a Pablo Iglesias justificando y persuadiendo a la gente de que es necesaria la violencia callejera. La violencia callejera es una opción para despenalizar los "delitos de opinión". 

Y es que cada persona tiene distintos criterios de opinión, pero se debe de respetar siempre y cuando esa "opinión se rija por cuestiones de legalidad. Dar una opinión no es hacer libre albedrío de opinar por opinar sin sentido. Debemos de hacer un ejercicio de respetar las opiniones de los demás, a pesar de no estar de acuerdo con ellas, pero no se puede despenalizar "delitos de opinión" cuando esos atentan contra otras personas. Mejor enseña les a pensar y decidir.



Lo que estamos viendo es una forma perversa de implantar ideas a través de la palabra. Ya desde hace mucho tiempo se ha hecho en España. Como modificar Vasconia ( Palabra del Latín para denominar a los vascos) que fue modificado por los vascos al neologismo PAIS VASCO. Eso es el uso anticipado de Neolengua. Lo de Hasel y de Pablo Iglesias para implantar su ideología.

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