El Comunismo: ¿Por que lo odiamos?

 

Desde pequeños nos inculca una cultura de competición, de alcanzar el éxito, conseguir las últimas cosas como el coche último modelo, el móvil/celular de última generación, etc. Son nuestros padres los que nos adoctrinan para entrar en esa cultura del capitalismo. En televisión siempre vemos al hombre exitoso, con su último coche, móvil o celular de avanzada y siempre rodeado de chicas guapas.

Un estereotipo marcado en casi todas las películas y series que nos hace desear lo mejor. Despreciamos por lo tanto todo lo contrario que representa perder, el hombre nace para ganar hasta en la competencia más tonta y estúpida. En el fondo de nuestro corazón el pobre tiene lo que merece porque no ha sabido luchar contra esa pobreza o simplemente no ha querido. Se ha conformado con eso que tiene porque en el fondo del ser humano existen dos clases de mentes. La mente ganadora y la mente perdedora, porque el hombre es simplista en su forma de pensar y complicado en su forma de actuar. 

Hombres como Amancio Ortega, Carlos Slim, Bill Gates para algunos no son personas visionarias y triunfadores, simplemente se aprovecharon de alguien más, aunque hayan comenzado de cero aprovechándose de unas condiciones favorables para arrancar algún proyecto. 

Trabajar duro, ser emprendedor, ahorrar o estar en el sitio adecuado y en el momento oportuno para comenzar un negocio no es precisamente suficiente para algunas personas. Levantar un emporio a base de un esfuerzo para llevar a cabo esa idea que nació en un momento adecuado. El libre mercado actual hace posible eso ser exitoso a base de un gran esfuerzo. 

Pero algunos transforman ese éxito en algo completamente diferente. El gobierno los apoyo, o simplemente explotaron a los trabajadores, porque algunos dirán que el éxito no se consigue así porque sí. Pero cuando se ha logrado el éxito total, es completamente lícito el descansar y vivir a cuerpo de rey. Rechazarlo sería una completa estupidez.

Si por encima esos hombres exitosos, donan millones a investigaciones, otorgan becas, financian maquinaria, obras de arte en museos, y podríamos seguir una lista infinita. Pero ese éxito conlleva un reconocimiento social. Ese arduo trabajo no es fruto de un esfuerzo sino de la simple suerte. Pasar a la historia como un hombre exitoso escrito en letras de oro escritas para la eternidad. 

Al igual que se nos inculca de niños el alcanzar el éxito o el fracaso en nuestras vidas, también se nos inculca para amar y odiar, envidiar u desdeñar a otras personas por su éxito alcanzado. Algunos "envidian sanamente" ese éxito alcanzado tratando de igualarlo. Pero hay otros que "odian" ese éxito alcanzado, según ellos a base de explotación de otras personas, no ven el esfuerzo realizado.

Ese odio al éxito de los demás es lo que alimenta el "comunismo". A su vez esa producción de ese "éxito" alimenta al "anticomunismo". Entonces se nos inculca y adoctrina para reconocer a un enemigo terrible del capitalismo: "el comunismo" que puede aparecer y mostrarse en facetas terribles. Supuestos demócratas socialistas, marxistas, o simplemente declarados comunistas. 

Se nos cuelan en nuestra vida sin, ni siquiera verlos, como amigos, profesores o simplemente amigos de la escuela, o en el trabajo. Los comunistas simplemente nos quieren convertir en autómatas, quitarnos nuestras propiedades, logradas con esfuerzo, o simplemente esclavizarnos de un sistema y una ideología totalitaria. 

Para el comunista, nosotros seremos solo un número, y de ahí sale su semejanza con el nazismo y la solución similar, acabar con quienes representan ese éxito logrado a través de "favores, esclavitudes, subvenciones gubernamentales" pero no a base de trabajo, esfuerzo  y una idea planteada en el momento correcto.

Si en el Capitalismo se concentran todos los éxitos logrados, en el comunismo se engloban todos los miedos y temores a esos éxitos logrados. 

Ser anticomunista no tiene gran ciencia filosófica o ideológica, sino que en nuestro propio sistema educativo se nos enseña para aborrecerlo y despreciarlo. El comunismo transforma todo eso en deseos de justicia social, igualdad o dignidad humana. Por lo tanto los comunistas son despiadados, manipuladores, asesinos, terroristas o las más bajas sensaciones del ser humano, no sienten ni padecen.

Ser anticomunistas no requiere pensar, solo requiere práctica para reconocer las maldades del comunismo. El comunismo es la destrucción de la democracia de por sí, para instaurar una dictadura comunista propia del proletariado.

Para conseguir eso, es necesario destruir todas las estructuras propias del capitalismo que establecen un libre mercado competitivo en donde los comunistas no pueden ni saben competir. Si la democracia es un acto de conciencia y reflexión crítica de la sociedad. En la dictadura del proletariado vivir en la ignorancia supina es conseguir el nirvana. Donde no es necesario cuestionar el orden natural de las cosas porque el gobierno comunista te dará todo lo necesario para sobrevivir, no para ser exitoso, porque con vivir a expensas del gobierno es suficiente para ti.

Los comunistas se aprovechan de las bondades del capitalismo que los convierten en parásitos del gobierno a través de becas, subvenciones, ayudas, y un largo etc. Mientras haya gente que pague impuestos, ellos dirán que esas bondades del capitalismo son justicia social, igualdad o dignidad humana. 

Mientras las altas esferas del comunismo vivan a cuerpo de rey a base de tu trabajo, porque como ya comente, con sobrevivir en el comunismo tienes lo suficiente y no necesitas más. 

Mientras Pablo Iglesias viva en su Casoplon de 1 millón de euros, o López Obrador viva en su Palacio Nacional a todo lujo, o Maduro en el Palacio de Miraflores. Los demás no deben alcanzar eso, y para eso es necesario instaurar esa Dictadura del Proletariado a través de lo que sea. Estableciendo lazos con los peores canallas, terroristas, asesinos, narcotraficantes, bandas criminales como es el caso de Venezuela con los Colectivos. O en el caso de Pablo Iglesias instaurar el Terror Rojo en Madrid donde ya en 1936 lo instauro Santiago Carrillo en aquella fatídica matanza de Paracuellos. En esa matanza de Paracuellos paso de ser un político a un asesino de presos políticos de derechas por miedo a la llegada del Frente Nacional. 

Madrid vive una Guerra Civil "a la madrileña" en donde Pablo Iglesias quiere instaurar su particular "Republica" comunista. Declararse "antifascista" es un muy mal chiste de Pablo Iglesias, nada más fascista que establecer un gobierno del Terror Rojo a lo bolchevique. 

Pregúntense, ¿Por qué Podemos no se llama Partido Comunista Español? En España, ¿Morena no se llama Partido Comunista Mexicano? ¿MAS (Movimiento al Socialismo no se llama Partido Comunista Bolivariano? ¿PSUV (Partido Socialista Unificado de Venezuela) no se llama Partido Comunista de Venezuela?. La respuesta es muy simple a estas preguntas. Agregar simplemente Comunista es Satanizar el partido que pretende "aparentar" una supuesta democracia que al final convertirán en una Dictadura del Proletariado.




Comentarios

  1. Imposible convencer al cliente fijo de el que ya está sujeto a la ubre del dinero publico y al que de alguna forma aspira a ello.

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    1. Lo atan de una forma que ni el mismo se da cuenta de eso.

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