La mentira como forma de hace Política en Campaña

 


Hoy las mentiras en las campañas se han instaurado como una forma de hacer política. Una forma de atacar o denostar a posibles adversarios que aunque vayan en cabeza de encuesta es necesario derribar para abrir ese posible camino a alcanzar el objetivo de colocar su candidato como preferente.

En México se ha instaurado este tipo de política, Recientemente se ha acusado a Samuel García de que la Fiscalía General de la República acusa a su familia, esposa y suegro de recibir aportaciones en dinero o en especie, así como fondos o bienes de origen ilícito que han sido utilizados, en forma ilegal, para fines electorales. 

Y en el caso de Adrián de la Garza por solicitar el voto femenino a cambio de la entrega de "tarjetas rosas", las cuales presuntamente permiten obtener dinero en el caso de dicho candidato gane las elecciones, lo cual significa la compra o coacción del voto.

En el caso de no comprobar absolutamente nada de eso, tanto la fiscalía como el Presidente quedaran en entredicho. Y no solo eso, fue el mismo Presidente el que dio a conocer dicho uso de las tarjetas esas. 

Ahora bien, si él ha denunciado precisamente el uso de dichas tarjetas, ¿Por qué no hace lo mismo con la candidata de Morena Clara Luz Flores que también es candidata en Nuevo León? Es obvio porque no lo hace, porque ella va muy por debajo en las encuestas con respecto a esos candidatos. 


Y es a partir de aquí donde se comienza a ver la mentira instituida como una manipulación para favorecer a un candidato propio con el fin de obtener un beneficio político. Ella también promete lo mismo que Adrián de la Garza. ¿Cuál es la diferencia entonces? La Fiscalía tendría que iniciar acciones contra Clara Luz como lo hace contra los otros dos candidatos. 

Por lo tanto los ciudadanos no pueden creer que algo del discurso político de los candidatos salga algo con alguna gota de sinceridad, y conste si creo que existen políticos con verdadera honestidad que si quieren trabajar por su país, pero hay que tener claro que la política es ese reino de la ilusión que construyen los políticos con palabras y bonitas promesas. Y muy alejado de la verdad que se vive cotidianamente en nuestras vidas.

Aristóteles decía: "La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político": 2.350 años después, esa frase sigue vigente. Aristóteles en su obra "Política" nos enseña en qué, cómo y por qué se fundamentan los asuntos públicos.

Y precisamente las campañas son harina de otro costal, la guerra del discurso político cuyo objetivo es llegar al asiento. Pero hoy se ha sofisticado más que en aquellos tiempos con estrategias mediáticas, sofisticación y expertos en curvar la realidad (conocidos como spin doctors) y todo eso anima las campañas electorales de hoy en día. 

Esas mentiras, farsas y manipulaciones que nos narran por la televisión. La gente que cree esas mentiras y se creen esas mentiras se convierten en una especie de yonkis políticos que aspiran esas frases mentirosas como si fuese marihuana. Frases que van directamente a su cerebro y quedaran grabadas en él como si fuese fuego y las defenderán ciegamente. 

Los políticos con sus campañas han llevado a una desaparición de la moral en la política. Hundieron esa moral en el barro y en el lodo de la política en aras de obtener lo que desean. 

Cicerón nos ilustró hace ya 2.000 años  cuando ayudo a su hermano pequeño a conquistar el puesto de cónsul romano que la verdad en la política no era un bien al alza sino al contrario, y la mentira era necesaria para salir victorioso de una campaña electoral. Donde las campañas electorales sirven para alcanzar o conservar el poder. Pueden leer el "Breviario del candidato"  de Quinto Cicerón.

El cardenal Mazarino, que sustituyo a Richelieu para dirigir políticamente a Francia desde 1643-1661 plantea la desaparición de la moral con el fin de conseguir los objetivos. La verdad o la honestidad se vuelven irrelevantes con respecto a obtener ciertos objetivos. Según Mazarino "la Política es un desierto moral", en otras palabras, la política es "amoral" contraria a la moral que todos los ciudadanos concebimos.  Y esto sucedió hará 400 años y seguimos en los mismos conceptos que entonces los objetivos son prioritarios a la verdad o la honestidad. Léase "Breviario de los Políticos" del Cardenal Mazarino. 

Y ya más actualmente se desarrolló la importancia de fijar en los votantes ciertas percepciones de la realidad. En donde, la dialéctica se convierte en clave para las campañas y donde es necesario ser selectivo en las palabras que se usan. Las palabras que se usen formaran un modelo de lo que viviremos como verdad. Transformar un discurso político en un trabajo real.  Este concepto fue desarrollado por George Lakoff. Puedes leerlo aquí, "No pienses en un elefante".

Y ya hoy en día hemos llegado a la idea de las "Fake News o Noticias Falsas". Esta idea ya es ampliamente implantada para en donde la basura informativa se adueña de los medios de comunicación y tal como dije, la gente absorbe esas noticias como si se estuviesen drogando, convirtiéndonos en yonkis políticos de las noticias al creernos esas noticias como verdaderas y sin dudar defenderlas. Y para comprender esto James Ball que podemos leer en "How bullshit conquered the world" o lo que se dio a conocer como La Post Verdad.

Me centré en el caso de Adrián de la Garza, Samuel García y Clara Luz para explicar el uso de la mentira, y las formas amorales de la política. Y como se instaura las fake news para hacer que ciertos candidatos se proyecten. Ahora falta demostrar que esos candidatos cometieron esos delitos, en caso contrario, quedaran en entredicho las palabras y acciones tanto del Presidente como de la Fiscalía.

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